Muchas
veces cuando las cosas no salen de la manera que queremos, nos
quejamos, y hasta nos regodeamos en lo negativo, en lugar de
enfocarnos en las cosas buenas que tenemos. Y precisamente, esta
actitud de centrarse en lo bueno que hay en nosotros, en una de las
cualidades de Javier Hernández. Tuve la suerte conocerle gracias a
Twitter, su testimonio y la energía que transmite en sus entrevistas
me fascinaron. Posiblemente, lo que más os llamará la atención es
que no tiene brazos, pero no hace falta conocerle en persona para
descubrir que su filosofía de vida y la positividad que irradia
hacen que solo veas sus virtudes, te das cuenta de que es una gran
persona con una energía desbordante. Cómo él refleja: lo
importante no son las cosas que nos faltan, sino lo bueno que tenemos
y el potencial que podemos sacarle. Y desde luego Javier, ha sabido
plasmar su actitud en sus logros. A pesar de no haber participado
antes en una competición de natación, y tras unos de años de
esfuerzo, consiguió ser finalista en los juegos paralímpicos de
Londres 2012. Otra de sus metas cumplidas ha sido ser la tercera
persona en Europa en conseguir el carné de conducir con los pies.
¿No os parece una persona digna de admiración? Y no solo porque se
ha superado a si mismo, sino porque nos está dando a todos una gran
lección. Nunca es tarde para alcanzar las metas que soñamos, con
esfuerzo y dedicación todo es posible.
Os
invito a que le conozcáis un poco más en este vídeo y en el
enlace de su página web: