Como
muchos de vosotros sabréis el pasado 26 de Junio se repitieron las
elecciones en España, y tuve la “suerte” de que me tocara
participar de primer vocal en la mesa electoral (ni si quiera pude
librarme como suplente xD). Os contaré qué tal fue esta
experiencia, pero tranquilos no voy a escribir un post sobre
política. Los que me seguís en las redes sociales, sabéis que no
ha sido una labor agradable, es más, fue bastante tediosa, igual que
dije lo que viví ese día da para más de una entrada, por eso he
preferido dejar que pasara el tiempo para poder escribir con más
perspectiva. Aunque vaya a contar algunos aspectos negativos, deseo aportar mi experiencia para a quienes les toque en el futuro participar en una mesa estén mejor preparados.
Lo
pasé bastante mal, porque estuvimos allí desde las 8:00 de la
mañana, hasta las 0:45, vamos, una cantidad de horas inhumanas. Lo
peor fue lo mal organizado que estaba todo. El presidente de nuestra
mesa y de la otra, tenían que estar consultando a la administradora
cada dos por tres (que encima era su primera vez y ella estuvo
llamando a no sé dónde para que le explicaran las cosas). Tanto
para almorzar, y a la hora de comer, nos dieron ellos las dieta, pero
por la tarde y la noche se olvidaron por completo de nosotros. En
general durante las horas que los electores tenían que votar, yo me
dediqué a apuntar los nombres y apellidos del censo, mientras mis
compañeros hacían el resto, tuvimos la suerte de contar con la
ayuda de los interventores, que a pesar de formar parte de diferentes
partidos políticos, nos ayudaron más que la administración. Para
mí la parte más angustiosa fue a la hora del recuento de las votaciones,
sobre todo las del senado. Imaginaos como me sentí después de
llevar más de diez horas sin comer e intentado anotar los
votos, no sé ni como me desplomé del cansancio que tenía.
Imagino que para el presidente y el segundo vocal también debió de
ser incluso más pesado, menos mal que ambos fueron muy amables
conmigo. Cuando creíamos que todo había acabado, o al menos que
faltaba poco, llegó la hora de rellenar muchos papeles y meterlos en
sus respectivos sobres, fue un momento bastante tenso, y todos estábamos demasiado cansados, por no decir cabreados, más de una vez
nos hicimos un lío, pero por suerte todo acabó.
Cuando
llegué por fin a casa estaba tan agotado y exhausto, que aunque
intenté comer algo mi estómago estaba cerrado y con nauseas. Encima, al día
siguiente me encontraba como si me hubieran pegado una paliza, y
apenas me podía moverme del dolor de espalda. Desde luego los 63€
que nos pagaron, no compensaban todas las horas que habíamos pasado.
Muchas personas que han participado en una mesa
electoral, me han dicho que también han tenido una experiencia tan
horrible como la mía.
En fin, no pretendo regodearme en lo negativo,
pero creo incluso de todo esto se puede sacar algo útil. Os aconsejo que si alguna vez os toca pasar por una mesa electoral vayáis bien
preparados y mentalizados, mi recomendación es que os llevéis algo de comida,
agua y alguna bebida energética, sobre todo por si por la tarde no
os dan nada.
Ojalá
que en el futuro aprendan a organizar este tipo de cosas mucho mejor,
para que quienes les toque no se sientan tan perdidos y sepan lo que
tengan que hacer en cada momento. Para que sea más justo para todos.
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