martes, 12 de julio de 2016

Un día en la mesa electoral

Como muchos de vosotros sabréis el pasado 26 de Junio se repitieron las elecciones en España, y tuve la “suerte” de que me tocara participar de primer vocal en la mesa electoral (ni si quiera pude librarme como suplente xD). Os contaré qué tal fue esta experiencia, pero tranquilos no voy a escribir un post sobre política. Los que me seguís en las redes sociales, sabéis que no ha sido una labor agradable, es más, fue bastante tediosa, igual que dije lo que viví ese día da para más de una entrada, por eso he preferido dejar que pasara el tiempo para poder escribir con más perspectiva. Aunque vaya a contar algunos aspectos negativos, deseo aportar mi experiencia para a quienes les toque en el futuro participar en una mesa estén mejor preparados.
Lo pasé bastante mal, porque estuvimos allí desde las 8:00 de la mañana, hasta las 0:45, vamos, una cantidad de horas inhumanas. Lo peor fue lo mal organizado que estaba todo. El presidente de nuestra mesa y de la otra, tenían que estar consultando a la administradora cada dos por tres (que encima era su primera vez y ella estuvo llamando a no sé dónde para que le explicaran las cosas). Tanto para almorzar, y a la hora de comer, nos dieron ellos las dieta, pero por la tarde y la noche se olvidaron por completo de nosotros. En general durante las horas que los electores tenían que votar, yo me dediqué a apuntar los nombres y apellidos del censo, mientras mis compañeros hacían el resto, tuvimos la suerte de contar con la ayuda de los interventores, que a pesar de formar parte de diferentes partidos políticos, nos ayudaron más que la administración. Para mí la parte más angustiosa fue a la hora del recuento de las votaciones, sobre todo las del senado. Imaginaos como me sentí después de llevar más de diez horas sin comer e intentado anotar los votos, no sé ni como me desplomé del cansancio que tenía. Imagino que para el presidente y el segundo vocal también debió de ser incluso más pesado, menos mal que ambos fueron muy amables conmigo. Cuando creíamos que todo había acabado, o al menos que faltaba poco, llegó la hora de rellenar muchos papeles y meterlos en sus respectivos sobres, fue un momento bastante tenso, y todos estábamos demasiado cansados, por no decir cabreados, más de una vez nos hicimos un lío, pero por suerte todo acabó.
Cuando llegué por fin a casa estaba tan agotado y exhausto, que aunque intenté comer algo mi estómago estaba cerrado y con nauseas. Encima, al día siguiente me encontraba como si me hubieran pegado una paliza, y apenas me podía moverme del dolor de espalda. Desde luego los 63€ que nos pagaron, no compensaban todas las horas que habíamos pasado.
Muchas personas que han participado en una mesa electoral, me han dicho que también han tenido una experiencia tan horrible como la mía.
 En fin, no pretendo regodearme en lo negativo, pero creo incluso de todo esto se puede sacar algo útil. Os aconsejo que si alguna vez os toca pasar por una mesa electoral vayáis bien preparados y mentalizados, mi recomendación es que os llevéis algo de comida, agua y alguna bebida energética, sobre todo por si por la tarde no os dan nada. 

Ojalá que en el futuro aprendan a organizar este tipo de cosas mucho mejor, para que quienes les toque no se sientan tan perdidos y sepan lo que tengan que hacer en cada momento. Para que sea más justo para todos. 

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